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Arquitectos: Estudio López Ligerini
- Área: 250 m²
- Año: 2024
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Fotografías:Marcos Guiponi

Descripción enviada por el equipo del proyecto. La intervención se llevó a cabo en la planta baja del Edificio Centenario, ubicado en la esquina de las calles 25 de Mayo e Ituzaingó, en el casco histórico de la Ciudad Vieja de Montevideo. El edificio, construido en 1929, es un emblema de la arquitectura moderna uruguaya, con protección patrimonial y declarado Monumento Histórico Nacional.


Con el paso del tiempo, la planta baja fue modificada mediante intervenciones que alteraron su configuración original. Estas transformaciones afectaron la altura interior, eliminaron la entrada de luz natural cenital y la ventilación, además de provocar una notable degradación en materiales y acabados. Ante esta situación, el proyecto se plantea como una oportunidad para recuperar el carácter original del espacio y fortalecer su vínculo con el entorno urbano. El objetivo principal fue configurar un espacio de acceso público que albergará la nueva sede de la histórica librería y editorial Fundación de Cultura Universitaria (FCU), en un edificio de gran valor simbólico y arquitectónico.

La propuesta se llevó a cabo en dos etapas principales. La primera consistió en el desmantelamiento de elementos agregados que no pertenecían al diseño original, permitiendo así redescubrir componentes como lucernarios, pavimentos originales, circulaciones y espacialidades propias del edificio. En la segunda etapa, estos elementos fueron integrados al diseño final, que propone un diálogo entre lo antiguo y lo nuevo. La intervención genera un contraste respetuoso con lo existente, destacando el patrimonio mediante una propuesta contemporánea que refleja la identidad renovada de FCU.

La organización espacial de la planta baja se establece a través de una secuencia que va de lo público a lo privado. Se aprovechan los accesos y la estructura del edificio como guías de circulación y ordenamiento funcional. Tres conjuntos de estanterías estructuran el área pública de la librería, envolviendo paramentos y enmarcando aberturas, lo que permite generar zonas de lectura y descanso. Las formas curvas de estas estanterías dialogan con la fachada original del edificio, promoviendo un recorrido continuo en forma de U que lleva a los espacios privados: oficinas de producción editorial, sala de reuniones y depósito de libros. Estas áreas cuentan, además, con un acceso independiente por calle Ituzaingó, lo que facilita la coexistencia entre las funciones públicas e internas.

El área de depósito, con capacidad para más de 50.000 ejemplares, presentó un desafío resuelto mediante un diseño estructural específico, que permite optimizar el espacio sin comprometer la integridad del edificio.


El proyecto revaloriza el patrimonio arquitectónico oculto y configura nuevas arquitecturas que permiten usos diversos, con soluciones y tecnologías adaptadas a este tiempo. Los elementos históricos entran en diálogo con la nueva propuesta en la que se destaca una imagen cálida, liviana y contemporánea.
